sexta-feira, dezembro 25, 2009
Regalos
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terça-feira, dezembro 22, 2009
Inútiles las horas

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quinta-feira, dezembro 10, 2009
Abrazo desconocido de un conocido...

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sábado, outubro 24, 2009
Se llamaba Norma y murió un día después de que la conocí de un tipo de cáncer raro que los doctores no pudieron detectar a tiempo. Salí del hospital llorando a pesar de haberla visto una única vez. No fue mi amiga, no la traté, no supe cómo era y lloré porque ella tenía miedo a morir, mientras por esos días lo que más deseaba yo era borrarme por lo menos de lo que veía en el espejo. Quince días después estaba yo en cama y el diagnóstico no era muy alentador: dengue clásico y pensé que moriría de lo mal que me sentía. Salí viva y estoy aquí para contarlo y para gritar que no quiero morir, porque a pesar de tener una vida tan rara y complicada quiero seguir aquí, deseo que me vean sonreír y de vez en cuando quiero llorar a solas, quiero reconfortar a quién me necesite y que alguien, aunque sea uno solo me reconforte.
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quinta-feira, setembro 24, 2009
De cambios...
espada, Ya no me importa nada, si me arden los
domingos, tu piel las madrugadas. Ya no me importa
nada, si ya encontre mi llave, Ya no me importa
nada.
Erica Garcia
Es curioso, parezco adolescente con ganas de ser rebelde y escapar de la casa de los padres; solo que no vivo con mis padres y hace bastante que no soy adolescente. Estoy convencida de mi estilo original y hasta un tanto extravagante. Mi nariz sangró mucho, debo confesar que sí me angustié un poco, pero ya estaba ahí y el tipo que me perforó, a pesar de parecer de lo peor a los ojos de cualquier señora de buena familia,lo hizo con todo el cuidado posible y con las medidas de higiene y salud necesarias; desinfectante, guantes de latex, aguja estelil y un poco de lidocaina. La sangre apareció después, pero no fue problema, mis heridas sanan rápido.
Tres decisiones: desenamorarme de aquél que no me ama, corte y color nuevo y aretito en la nariz. Tres decisiones de las que me haré totalmente responsable y asumiré las consecuencias. De las dos últimas podría arrepentirme, el pelo crece y la perforación puede cerrarse, pero no creo hacerlo. La primera decisión es para la que definitivamente no hay marcha atrás.
Y precisamente porque no hay marcha atrás hoy mi humor no puede explicarse. Siento demonios rondando mi cuarto solitario y sola los ahuyento. Los espanto cantando tan fuerte como puedo la canción de Erica Garcia Ya no me importa nada. Y duermo soñando que no te conocí, duermo como otra en nariz y cabello, pero no olvido que soy la misma que por dentro espera ser amada.
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sexta-feira, setembro 18, 2009
Para D pensando en A
Sé tú su compañía y abandónate para no abandonarla.
Huye con ella por entre la corriente y no mires atrás
no la dejes pensar y no razones mucho.
Si acaso se negara a acompañarte
ofrécele tu abrazo como quien nada busca, como quien nada espera.
Gánate su confianza mírandola de frente y
cuando más distraída esté muerde sus dos pezones como haces con la uvas,
lleva tu dedo índice del corazón al pubis y llega más profundo.
No la abandones, pero déjala libre.
Sueña con ella sin elegir sus sueños.
Ámala así sin más, pues es ella la indicada.
Cristina Maldonado (Para D pensando en A)
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sábado, setembro 12, 2009
La humedad es tan triste que necesito abrazos. La soledad tan esquizofrénica que necesito amigos. Vine a tomar espuma al café de la esquina, al café de siempre, a la mesa de siempre, frente a la silla roja que nunca me abandona y continua a tu espera. Hay una buena música sonando en el estéreo. Allá afuera en las calles vacías alguien ha derramado vino transparente y no quiso llenar mi copa. Y en algún otro café del universo alguien me espera también en una silla roja. Tal vez está leyendo un libro, es posible se sienta perseguido y quizá ha comenzado a tener pesadillas durante el día y a dejar de soñar mientras duerme, porque no duerme igual que yo.
Se termina el café, el lugar va a cerrar, no hay donde refugiarse. Los gatos se escondieron, pues no les gusta el agua y ¿qué podemos hacer con tanta soledad y tantos rincones húmedos perdidos? Sin brazos que nos aprieten, sin distancias que se acorten; ¿a dónde ir, si todo está mojado?
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sexta-feira, agosto 21, 2009
¿Serás algún día mi momento presente?
No eras tú, una vez más tomé el camino equivocado. No digas nada que faltan las palabras y sobran las mañanas grises de lluvia. No en verdad, no me mires; no así, no con esos ojos perdidos, encerrados en un pasado de caminos llenos de nostalgia.
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domingo, agosto 16, 2009
capuchino y mujer
Se miran, se sonríen. Ella, como dentro de la taza, le suplica la salve de ese calor café que le produce ser la cliente y no la compañera de trabajo; él desde fuera sonríe de nuevo y pregunta:
-¿Lista para ordenar?
- Sí,que sea un capuchino
-¿Algo más?
-Sí, tus ojos en una cajita de madera para verlos durante la noche.
Ojalá se hubiera atrevido a pedirle también la mano, el teléfono y todo lo demás. Como siempre, se limitó a sentirlo lejano; intentó perderse en sus ojos de café, pero la cocina lo llamó. En otra mesa habían pedido más café y ella sola como todas las tardes en esa mesa lo vio perderse en el azul de las cortinas.
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sexta-feira, julho 31, 2009
Para la colección de papalotes y miradas al cielo
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sexta-feira, julho 17, 2009
Desde mi ventana
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sexta-feira, maio 29, 2009
quinta-feira, maio 14, 2009
Imágenes de viajes
en una esquina de tu vida.
III
Válido por un sueño
en una almohada diferente.
IV
Quisiera saber braile
para leer tus cicatrices.
V
Al norte de tu isla,
al sur de mi frontera,
es ahí donde busco,
donde me busco.
VI
Pájaros presos al Este de tu cabeza…
los sueños…
Adoloridas las palabras,
quieren descansar en tu lengua.
VII
Entre cielos enormes
he venido a buscarte.
VIII
En un café nocturno
me bebo tus ojos vagabundos.
IX
Hoy el viento del sur se despertó con frío.
XI
Con el sabor del cielo y tres nubes perdidas
hoy decidí escribirte.
XII
Completa la canción que canta el día,
pon tu sal en mi poesía.
XIII
Después de media noche
las estrellas se vuelven marinas.
Un par de ríos profundos
llevan tus pasos a otro mundo.
XV
Después de diez kilómetros
la playa se cansa de la arena.
XVI
Abundan en los pies
las ganas de conocer abismos.
XVII
…tres puntos suspensivos bastan para que siga buscando tu mirada…
Cuéntame tu vida fragmentada,
mis oídos han de reconstruirla.
XIX
Todos los cielos son abismos,
por eso las aves tienen alas;
de no tenerlas jamás volverían.
XX
Son buenos los silencios
que las nubes quieren contarnos.
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sexta-feira, maio 08, 2009
Puerta al cielo

“ Me llamo María, no soy virgen, pero estoy en busca de un José. No importa si no es carpintero. Mi número es…”
Y José que no era carpintero, pero también buscaba a su “María”, inmediatamente marcó el número que aparecía al final del papel que habían deslizado por debajo de la puerta.
La respuesta no fue satisfactoria. Nadie le contestó, y José que llevaba años esperando a su “María” comenzó a dudar sobre la autenticidad del recado. Afuera llovía y las goteras de la cocina resonaban en su cabeza, “ploc, ploc”, aumentaba la desesperación y el ya de por sí insoportable dolor de cabeza.
José se recostó y pensó en “María” ¿Existía? ¿Lo deseaba tanto como él a ella? Miró el techo por horas, hasta que finalmente se quedó dormido. Esa noche soñó que “María” pedía posada en su casa. Cuando estaba a punto de abrir la puerta lo despertó el susurro culpable de alguien bajando la escalera del edificio. Su sueño, como su voluntad, era ligero.
En el suelo otro papel:
“Por favor, dime que no eres carpintero…María”
Y José, que no era carpintero, suspiró aliviado. No tenía trabajo, pero por lo menos no era carpintero. Estuvo de buen humor toda la mañana, limpió el pequeño apartamento, se bañó y escondió la cuerda. No quiso tirarla, pues nunca está demás tener bajo la cama una cuerda.
A la hora de la comida sonó el teléfono:
“José, José, soy María, dime si ya hiciste tus oraciones, recuerda que antes de comer, de comernos tenemos que orar. Dime ¿Quieres que sea tu María?”
Y José que jamás oraba enmudeció, no pudo decir que sí, que la esperaba, que soñaba con ella aun sin conocerla. “Carajo” Gritó cuando le colgaron el teléfono y corrió al baño a buscar su navaja, la hundió en uno de sus brazos, sólo se castigaba, no quería morir, no ese día. María existía y en algún lugar ella lo observaba.
Pasaron varios días sin noticias de María y por cada noche en que José la soñaba entrar desnuda en su cama se hacía un nuevo corte con la gillette oxidada. Apenas conseguía levantar el brazo izquierdo.
Chupó una de las heridas que comenzaba a cicatrizar y tomó café. María llamó a la puerta la mañana del noveno día. José abrió con desgano, la miró a los ojos y ella le habló al oído:
“No soy virgen, pero vine a curarte para después castigarte…”
Y José que jamás había sido castigado por manos ajenas la invitó a pasar, se dejó hacer y se venció ante unas piernas, que abiertas le mostraban la mismísima puerta al cielo.
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sábado, abril 18, 2009
Abismos
de no tenerlas jamás volverían a tierra.
Cristina Maldonado
Foto: Celestun, Yucatán. Feb 2009
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sexta-feira, abril 03, 2009
Un deseo, lo que resta
Una voz de mujer le habla al oído: “Rani, ya debe estar listo tu baño” Un baño caliente y con shampoo y al terminar una toalla suave que envuelva su cuerpo entero. Es inútil, lo que acaba de escuchar es uno de tantos recuerdos que como agujas se clavan en su espalda.
Cierra los ojos, aprieta los párpados, tan fuerte como si quisiera quedarse ciego para siempre. Reza y murmura muy bajo de nuevo su deseo. Finge dormir y se dice así mismo: “No es nada, después pasa” y entre recuerdos y realidad de pronto se encuentra en casa. Al fondo suena una música que no consigue identificar y en la cocina el horno guarda el último suspiro de un platillo que no ha de comer.
El dolor de cabeza lo hace volver y llora al concebir su horrible condición. La celda es fría y no tiene ventanas al jardín. Rani poco recuerda el mundo exterior, ha perdido poco a poco la noción del tiempo, jamás ve el sol, solo sabe que es de noche cuando el carcelero le pasa una charola con café negro y un pedazo de pan. Come sin ganas y piensa en ella, en su voz y en su blanco cuerpo, que fue suyo tantas veces.
Otro lapso de ausencia se aparece ante él y la oscuridad le trae de nuevo un vívido recuerdo: “Podríamos ir a tomar un trago al bar” “Bueno, sí” responde Rani y dispuesto a tomar las llaves y salir de casa, cae al suelo y vomita la cena mezclada con la sangre que su hígado no logra retener. Continúa entre esas cuatro paredes y ella no está. Los golpes que recibió la última semana que pasó a su lado fueron tantos que solo le resta vomitar lo poco vivo que sobra dentro suyo.
Aquella noche quisieron hacer el amor como la pareja normal que aparentaban ser. Ya no podría. Estuvieron golpeándose, mordiéndose. Cada caricia tierna llevaba a una profunda cicatriz que les haría recordar lo mucho que se amaban. La idea surgió de ella, quería que la golpeara sin piedad y la llamara puta. Rani dudó y le preguntó si estaba segura de lo que eso representaba: “Sí, querido” y se arrodilló ante él, quien la pateó y la insultó sin piedad. Lloraba quedamente y suspiró. “¿Qué fue eso?” Preguntó Rani, “Nada, nada” y cerró los ojos.
Ya entrada la madrugada Rani sintió la cama demasiado húmeda, las sábanas estaban empapadas de sangre, su amada ya no se quejaba, tampoco respiraba.
Pasaron varios días hasta que la podredumbre del cuerpo muerto comenzó a llamar la atención de las narices vecinas.
Golpean la puerta de su celda y el recuerdo de aquella noche con su amor se desvanece. El guardia le indica que es hora de tomar su baño semanal y Rani que prefiere el hediondo olor de la sangre coagulada dice: “Lástima, se está bien aquí. Preferiría quedarme, si no le molesta”.
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sábado, março 14, 2009
Buenas noches

- ¿Qué ropa estás usando?, preguntó una voz masculina y yo un tanto confundida entre la realidad y el sueño, sólo atiné a decir:
- No llevo nada puesto.
- ¿Es así como acostumbras dormir, como si te encontraras a mi espera?
Hablaba bajo, pareciera que estaba escondido en un rincón. Sus palabras bañaron mi cuerpo de sudor; mis palpitaciones eran intensas.
- Te espero siempre así, desnuda.
- Quiero que toque con tu lengua mi sexo.
- Lo tocaré, te palparé con mi aliento.
- ¡Quiero llenarme de tu líquido!
La llamada seguía y mi deseo iba en aumento. Ya no pensaba en dormir y es que con llamadas así cualquiera pierde el sueño.
Antes de terminar, de terminarnos, surgió lo incuestionable:
- ¿Volverás a llamarme?
- Claro como todos los días a esta hora.
- ¿Todos los días? ¿a esta hora?
- ¿Luisa?, ¿Luisa, estás ahí?
Apagué mi teléfono y tuvo que pasar mucho tiempo antes de quedarme dormida otra vez, otra vez sola.
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sábado, março 07, 2009
Después del desayuno
Sigue uno más de los ejercicios de mi clase de redacción creativa. Debo confesar que me encanta esa clase!!
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sábado, fevereiro 21, 2009
Aféreris de un dedo
Desde que comenzaron los ataques nadie se había acercado a mí, ni siquiera para preguntarme la hora. Las mujeres no se acercan a mí porque les parezco bizarro, por lo menos esa impresión me da. Dudé algunos segundos antes de abrir la puerta, sentí que la esperaba de hace tiempo. La emanación de su perfume me invitaba a poseerla sin querer saber su nombre ni el porqué de su visita. Recordé que no había tomado la píldora, así que podría hacer todo lo que ella me pidiera y más.
Hubo un largo silencio, me miró y estremecí. Me quedé inmóvil y Aurora, decidí llamarla así pues nunca mencionó su nombre, me lamió la cara con su lacerante lengua de gata. Yo continuaba hipnotizado como zombi. Me llevó hasta el cuarto.
- Te esperaba, dije
- ¿Te gusta mi disfraz? Me puse sexy para ti, escuché.
Se desnudo y una nube nauseabunda invadió mi nariz, pero no importaba, tenía que besarla, como ya lo había hecho antes. Se acercó y me desabrochó la camisa igual que tantas otras noches. Sabía lo que hacía y saciaba mi sed.
Comencé por morderle el seno derecho, sin duda el más dulce. Mordí todo su cuerpo y al fin pude arrancar el dedo gordo de su pie izquierdo. Lo saboreé, gritó de placer, creía yo. No era placer.
Abro los ojos, continuo encerrado, mi boca sabe a metal, estuve mordiendo de nuevo mis labios y es que tengo tanta hambre...
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terça-feira, fevereiro 10, 2009
Perfume

Y de pronto apareció atrás de mí, sin llamarlo, sin invitarlo a olerme, ahí estaba respirándome. Entonces dijo: "Hay mucha gente, voy por café" y desapareció. Minutos más tarde pregunté: "¿pudiste percibir algo?" y la respuesta fue: "Sí, que había mucha gente... y el miasma sintético de tu perfume.... ¿en qué condiciones podría sentir tu aroma verdadero?" Me quedé helada... todavía no respondo a su pregunta.
Debo confesar que la palabra miasma adquirió un sentido poético cuando él la colocó al lado de: "tu perfume." Y hoy me parece lindo imaginar cuándo ese olernos mutuamente pudiera suceder.
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sábado, janeiro 24, 2009
No conservaba tu aroma
Te veo de lejos y asumo que sabes lo que yo ni siquiera logro definir todavía. Te sueño y creo que me has soñado alguna vez. Ahora mismo escucho una canción que estoy segura te encantaría y sé que si estuviéramos frente a frente no pararíamos de reír y reflexionar. Finalmente el miedo supera las enormes ganas que tengo de llegar cerca de tu aliento, me escondo, me disperso entre humos de bocas que no son la tuya y cuando me encuentro, sólo tengo la llave de la casa a la que de nuevo he de entrar sola.
Anoche, mientras te observaba al otro lado de la mesa, me repetía a mí misma: ¨paciencia¨que ha de llegar lo que cada uno necesita. Volví sola, como siempre; entré de puntitas a casa, me desnudé porque mi ropa despedía aún el olor de la madrugada, me desnudé y me metí a la cama porque mi ropa no conservaba tu aroma.
Mi cuerpo no tenía tu tu sal, mi boca no tenía tu agua, mis manos no tenían tus dedos nerviosos que huelen a cigarro. Dormí abrazada a un recuerdo de un contacto que todavía no ha ocurrido.
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quarta-feira, janeiro 14, 2009
Me convenzo
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