sábado, março 14, 2009

Buenas noches

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No me gusta que a las tres de la madrugada alguien me despierte. Sonó mi celular y dudé en contestar. Un número desconocido aparecía en la pantalla. Al fin atendí la llamada, podría ser una emergencia.

- ¿Qué ropa estás usando?, preguntó una voz masculina y yo un tanto confundida entre la realidad y el sueño, sólo atiné a decir:

- No llevo nada puesto.
- ¿Es así como acostumbras dormir, como si te encontraras a mi espera?

Hablaba bajo, pareciera que estaba escondido en un rincón. Sus palabras bañaron mi cuerpo de sudor; mis palpitaciones eran intensas.

- Te espero siempre así, desnuda.
- Quiero que toque con tu lengua mi sexo.
- Lo tocaré, te palparé con mi aliento.
- ¡Quiero llenarme de tu líquido!

La llamada seguía y mi deseo iba en aumento. Ya no pensaba en dormir y es que con llamadas así cualquiera pierde el sueño.

Antes de terminar, de terminarnos, surgió lo incuestionable:

- ¿Volverás a llamarme?
- Claro como todos los días a esta hora.
- ¿Todos los días? ¿a esta hora?
- ¿Luisa?, ¿Luisa, estás ahí?


Apagué mi teléfono y tuvo que pasar mucho tiempo antes de quedarme dormida otra vez, otra vez sola.

Cristina Maldonado

sábado, março 07, 2009

Después del desayuno


Sigue uno más de los ejercicios de mi clase de redacción creativa. Debo confesar que me encanta esa clase!!


Perdido en un deseo angustiante cada mañana pensaba en ella. La miraba de lejos cuando tomaba café en la cafetería de la oficina. Quién quiera que fuera le parecía tiernísima. Puso en una balanza lo que tenía. Por la tarde rumbo a casa pensó en los niños y su esposa, los amaba, sin duda, pero ella lo hipnotizaba siempre que lo miraba. Soñaba tenerla entre sus brazos y en primavera despertar a su lado. A la mañana siguiente caminaba entre abismos esperando encontrarla. De pronto cuando más solo se sentía ella le dijo: ¡Buenos días! ¿Me invitas un café? Su mirada lo penetró profundamente y los dos, cómplices del silencio, fueron por el café. Él como pez, ella como carnada. Desde ese día siempre toman café después del desayuno, él arriba, ella abajo.

Cristina Maldonado