Me quedo con el adjetivo

De una lista de palabras escritas en tarjetas de colores, elijo la palabra ADJETIVO. No quiero verbos en acciones que denotan parsimonia o actividad banal y mecánica; no quiero cosas en sustantivos que no hacen nada, que no funcionan ni para escribir cartas.
El adjetivo es la esencia activa de las cosas. No hay olores sin adjetivos, no hay colores sin adjetivos, no hay sabores sin adjetivos, no hay sensaciones sin adjetivos, no existen tampoco sonidos sin adjetivos; los sueños los acompaño siempre de adjetivos. No quiero verbos, no quiero sustantivos; hoy prefiero los adjetivos.

La poesía en su más profundo ser es alma adjetivada, encadenada a descripciones que son hechas a partir de adjetivos. Todo ser que ama y odia se describe a sí mismo con uno o varios adjetivos: "SOY RARO" "SOY DIFERENTE" "SOY ABSURDA" "SOY BANAL" "SOY TRISTE" "ESTOY FELIZ" "ESTOY ENOJADA" "ME VUELVO LOCO CADA VEZ QUE..."

Miles de palabras sueñan, viven y gozan, cada una de forma diferente y es con adjetivos que sabemos el estado de las cosas. Ese estado natural que se ve transformado por un sólo adjetivo.

Es hoy el adjetivo mi categoría favorita. Tal vez es porque me levanté sin ganas de hacer nada... solamente contemplar llena mi tiempo. Mis horas vagas, vacías, sin sentido aparente, las voy pintando con adjetivos que en un futuro no muy distante transformarán mi entorno.