segunda-feira, junho 18, 2007

"Mala influencia"


Cuando era niña, la mamá de Silvia le prohibió seguir siendo amiga mía e incluso hablarme. Decía que yo "era una mala influencia" y tal vez tenía razón, no lo sé. Silvia era la hermana de una amiga de mi hermana, cada sábado íbamos al parque con nuestras hermanas. Mientras ellas hablaban con muchachos o los besaban, nosotras jugábamos por todas partes, nos gustaba andar en bicicleta o estar en los juegos. Al principio ella no tenía bicicleta así que usábamos la mía; yo le enseñé a andar en bici, poco después le compraron una bicicleta y a veces me la prestaba. Juntas hacíamos muchas otras cosas, construimos un club junto con su hermano y ahí dentro pasábamos horas y una vez nos besamos. No creo que haya sido malo, simplemente éramos amigas y jugando pensamos que era buena idea. Hasta ahora ninguna ha manifestado tendencias lesbianas. A veces íbamos a un pocito de agua y nos mojábamos los pies, subíamos a un árbol cerca de su casa y veíamos impresionadas la puesta del sol.

Todo iba aparentemente bien hasta que a mí se me ocurrió escaparnos de nuestras casas. Todo estaba planeado, pero al final ninguna se escapó. Era lógico, nunca lo haríamos, pero fue divertido planearlo. Fue entones que su madre dijo "nunca más, esa niña es mala." Cuando me dijo que no sería más mi amiga me puse triste. Me quedé sola, sin amigos. Mi mamá me daba ánimos y me decía "aquí tienes muchos libros, ponte a leer" lo hice. Crecimos, ella seguía siendo mi vecina. Cuando terminé la secundaria decidí que estudiaría la preparatoria en otra escuela, donde no conociera a nadie y donde pudiera seguir estando sola. Ella antes de terminar la escuela se embarazó y se casó, un año después se separó. Se casó de nuevo y ya tiene otra hija. Yo no, no me casé ni tengo hijos, me escapé de casa a un país lejano, regresé y sigo sola, con pocos amigos y a veces pienso que es porque en realidad sí soy una mala influencia, pero no me importa porque aquella niña que aparentemente era precoz para muchas cosas, resulta ser ahora la más inexperta en otras tantas, su primer encuentro amoroso lo tuvo hasta los 24 años y es apenas que comienza a adentrarse al gran mundo de conocerse y sentir plenamente. Evidentemente soy yo ahora la que necesita de una "mala influencia."

3 comentários:

Blanca Bátiz disse...

A algunas nos dicen que nosotras somos las malas influencias, a otras que son las otras y de cualquier forma ahí seguimos buscando o dejando de buscar, leyendo o dejando de leer y ahí estamos cada una por su lado, porque en su momento eso es lo mejor...

Blanca Bátiz disse...

ya entendí lo del hoyo negro... jajaja

DC disse...

:)