quinta-feira, janeiro 14, 2010

Corazón en fuga



-¡Sácame de este hoyo!- y yo quiero darle mi mano, pero le temo al abandono posterior. Intento convencerme a mi misma de que esta no es una buena opción tampoco y entonces vuelvo al insomnio y  a las noches sin luna y pienso en él como aquella primera vez que pensé en un hombre. Me revuelco en mi sales marinas y seco mis ojos para mirarlo de frente. Busco puntos distantes que me lleven a olvidar, pero vuelvo siempre a punto del que parto y me pregunto a mí misma si darle mi mano es lo que quiero. Se detiene ante mí su mirada y no lo creo, lo evito, me pierdo y vuelve siempre. Vuelven sus palabras que son dulces al mediodia, vuelve su cuerpo a estar cerca del mío, vuelvo a ilusionarme, a guardar esperanzas y todo se me viene abajo, aplasta mi voluntad y me hace vulnerable.

No quiero estar para él, pero ya estoy, no quería ser yo, pero ya soy, no debería ser él, pero ya es, no debería tener un compromiso, pero lo tiene y no conmigo.



quinta-feira, janeiro 07, 2010

Es dificil

Los tres días más fríos de invierno. Es lo que más se comenta en la ciudad y es difícil. Por la tarde salí para dar una vuelta en la reciente bicicleta, es bueno estirar las piernas y de algún modo intentar largar de mi cuerpo el frío y la sensación de dureza en los músculos por falta de compañía y sobra de soledad.


He tenido que resignarme poco a poco a seguir viendo por la ventana un perdido horizonte y a esperarte inutilmente con la puerta abierta, pero hace frío y no llegas. Esta noche he decidido cerrar esa puerta abrigarme bien y domir sola es mejor así. Mañana, tal vez, saldré a buscarte en la calle, en el viento helado, en el árbol de la esquina, el la puerta de tu casa lejana o en una ciudad que todavía no tiene nombre.

He de encontrarte porque es difícil pasar un invierno más así.